domingo, 10 de junio de 2012

Paraclete SOHPC

 Carísimas cenizas de un incendio

Paraclete fue fundada en 1998 en St. Pauls (Carolina del Norte) con el objetivo de suministrar a lo mejor de las fuerzas militares y policiales con productos avanzados en tecnología y diseño. Bautizada con uno de los nombres del Espíritu Santo, a Paraclete se le apareció el idem con la introdución  en 2004 del RAV (releseable armor vest) y el gran éxito cosechado entre crítica y público. St Pauls no está lejos de Fort Bragg donde vive Delta y eso suele significar que algunas visitas llamarán a la puerta con ideas bajo el brazo.

Sin ofrecer un extenso catálogo ni precios muy contenidos, todo iba viento en popa hasta que el 2006 los tentáculos del fabricante de material de protección MSA se hacen con el control de la factoría. La nueva dirección decide exprimir la gallina de los huevos de oro... y en el camino se deja gran parte de la calidad que había hecho destacar a Paraclete. La manufactura desciende de tal modo que los usuarios prefieren rebuscar stocks en busca de las piezas pre-MSA.


Para finales de 2011 la firma cambia de manos otra vez, y PPE (Protective Products Enterprises) asume una nueva etapa en la empresa, pero la noticia salta en Mayo de 2012 con el previsto cierre de los talleres de St. Pauls.


Frontal con configuración propuesta.


Lateral derecho

Trasera.




La sencilla etiqueta (una en el anverso del portaplacas delantero y trasero) con la descripción del producto manuscrita. Este ejemplar es una muestra del color RG y está ligeramente usada.




Marcada como Large, la talla le viene- ajustes aparte- algo grande a los 96 cm pectorales del maniquí. Tal vez fuese conveniente una Medium hasta los 104 cm de contorno.


Si el tallaje para el usuario no desentona con los estándares, la correspondencia con las protecciones es más rígida. Probando con SAPI réplicas (nada sorprendemente mayores que las M pero menores que una L) sobra alojamiento e hinchado su peso a los dos kilos se mueven alegremente cuando echamos una carrera, patrocinando una sensación realmente desagradable.  Nada demasiado serio siempre que tengamos unas placas iguales a la talla del chaleco.




De serie el cummerbound del SOHPC viene con antifragmentos nivel IIIA cosidos al cummerbound. Aunque no pesa ni impone rigidez en exceso, no siempre necesitaríamos esta protección. Según el catálogo de Paraclete este modelo ofrece elásticos para fijar los dos portaplacas sin necesidad del cummerbound, que es una gran idea cuando se trata de maximizar la ventilación. Pero en esta unidad no hay rastro de ellos, y buscando comentarios de otros usuarios destacan la pobre compatibilidad con el fajín y por otra parte su fragilidad.  Su anterior propietario podría aclarar esta circunstancia.



En añadido al soft armour el lateral alberga alojamiento para placas laterales... las 6x6 de Paraclete. Con las 8x7 estándar tendrá problemas. Aparte de esas protecciones, utilizar el interior del cummerbound para almacenar material no pinta atractivo, especialmente si pensamos echarles mano en menos de diez minutos y sin peligro de dislocar la muñeca.

En el momento de probarnos la pieza apreciamos un diseño eficiente, sin florituras. Levantamos la generosa plataforma central sobre la que van cosidas las cintas PALS con la ayuda de un tirador para acoplarle por velcro los extremos del cummerbound.





No he manoseado mucho las piezas pre-MSA, pero no es difícil solidarizarse con las críticas al bajón de calidad en Paraclete echando un ojo a estos velcros. Son malos, malísimos, y muestran un deterioro desmesurado para el poco uso que han sufrido. Tienen mucha vida por delante y queda mucho para que comprometan al conjunto, pero las señales son preocupantes, lo suficiente como ser cicateros abriendo y cerrando el portaplacas.



La operación de colocarse encima el SOHPC se realiza con toda la suavidad que permite el sistema de dos capas consecutivas de velcro y sin necesidad de leerse el manual de instrucciones. No es perfecto en el sentido de que abulta tanta acumulación de nylon y puede costar levantarlo si colocamos elementos pesados en el frontal, pero cumple con la básica condición de poder quitarlo rápido, en poco espacio y sin necesidad de grandes aspavientos.




Contrariamente a lo que sucede en el HPC -la gama inferior del catálogo Paraclete- esta solución ofrece un amplio frontal útil incluso para albergar cargadores largos y ausente de cremalleras difíciles de manejar y tendientes a fundirse.
  
Damos media vuelta al chaleco para encontrarnos con una espalda llena hasta arriba de molle -parece ser que la reducción de peso era una consideración secundaria- y la llamativa ausencia de un asa de extracción, un elemento que parece ser poco apreciado por los diseñadores de la marca.




El conjunto se asienta en los hombros por medio de unas sencillas extensiones que parten de la espalda, en un compromiso entre volumen y almohadillado: no hay problema echando la culata al hombro ni éste sufrirá prematura o injustificadamente. La significativa libertad en los movimientos -no estamos con un portaplacas minimalista- nos irá acompañando en nuestro paseo con el SOHPC, con pocos puntos comunes respecto a modelos precedentes. Para guiar cables o tubos cuenta con la ayuda de una tira de velcro en cada lado, únicos elemento de este tipo en todo el chaleco.






Nos vamos formando una impresión positiva -pero no entusiasta- de este diseño: un portaplacas compensado, nada excesivo en tamaño, sencillo, con un musculoso cummerbound que libera al pecho de tener que cargar con todo. Mejorando aquella revolución de 2004 que fue el RAV, pero sin acabar de dar en la tecla de la excelencia.




Lo peor es que tenemos un problema en los acabados, no tanto con los materiales.  Dejando prejuicios aparte, la factura del producto chirría en algunos elementos, pero el global es satisfactorio. Lo es hasta que recordamos los hasta 600 dólares que en tienda y sin descuentos nos clavan por el SOHPC. Eso es un precio desorbitado que avergüenza por esos velcros infames y algunos pespuntes prematuramente envejecidos que difícilmente se justifica por los productos state-of-the-art producidos en el pasado.


Todas las consideraciones que hagamos para evaluar este pc pasan por ese precio, que anima a esperar otra cosa. Si prescindimos de lo que cuesta, es una opción que sin ser brillante resulta muy buena pese a nubarrones en la poca resistencia de algunos componentes. El nivel de protección es notable (si esto no nos interesa, estamos con el chaleco equivocado) como también lo es la capacidad de ofrecer varias configuraciones manteniendo una aceptable comodidad a salvo de roces, sobrecargas o sobrecalientamientos innecesarios.

lunes, 4 de junio de 2012

Sobre placas

 Cómo vamos a probar un portaplacas usando unas de juguete?

Aunque se pueden encontrar por ahí, acceder a placas de protección balística fuera de donde tienen que estar no es fácil y para actividades recreacionistas tenemos que tirar de réplicas.

Sería genial disponer de unas con las mismas dimensiones y pesos que las muy extendidas SAPI (o las actuales ESAPI) pero los modelos que encontramos en el mercado cercano al airsoft no satisfacen ninguna de esas necesidades.


A la izquierda, SAPI (según la el etiquetado, Medium)  de TMC. A la derecha, una Toy Soldier que se deja leer como Large. En efecto la vista no engaña y son del mismo molde y tamaño, aunque los acabados y textura sean diferentes.

Metro en mano, dan ambas unos 225 x 325 mm.

Según el fabricante de las de verdad,

Medium: 241 x .318 mm
Large: 260 x .337 mm 

Del peso ya intuirán ustedes cómo está el percal. Pensadas para cumplir una función determinada -hacer el paripé para airsoft- no exceden los 100 gramos. Volvamos a las SAPI reales:

 Medium - 1.82 kg (ESAPI - 2.50 kg)
Large - 2.09 kg (ESAPI - 2.85 kg)

Para propósitos de análisis o entrenamiento -propiedades balísticas aparte- necesitaremos las placas de verdad o unas que se les aproximen mucho. Las de arriba no nos sirven por su tamaño inexacto que no casarán bien con algunos plate carriers. El peso, sin embargo, lo podemos intentar arreglar para salvar la situación:


La playa, un par de horas después del gimnasio, cuatro kilos de arena, paciencia para meterlos por esos agujeros...

viernes, 1 de junio de 2012

Configuraciones básicas: first line


Cuando tu mochila está sabe Dios donde y el chaleco has tenido que quitártelo para no hundirte con él en el río, lo que te queda es tu first line. Y mejor que tengas ahí lo que necesites.


Sin necesidad de llegar a esos extremos de dramatismo podemos ilustrar gráficamente qué es esto de la primera línea. Aunque también podemos concebir first lines para entrenamiento o a tiro, una definición podría ser la suma del material básico, inmediata y fácilmente accesible, utilizable sin necesidad de combinar con otros elementos, esencial para sobrevivir. Después de eso ya sería cuestión de apañárselas y conseguir una second line para seguir luchando y una third line para aguantar el tirón - de eso hablaremos en las próximas entregas de configuraciones básicas.

Pese a que esa definición somera remita un cinturón en torno al cual sujetamos ese material indispensable la first line comienza en los mismos bolsillos de nuestras prendas. Documentación o mapas (salvo que no tengamos que estar donde estamos) dinero en metálico (si hay que comprar cualquier cosa, como voluntades) material para mirar, pensar, orientarse y escribir, calcetines de reserva... lo que sea que sea fácil de llevar en la camisa o el pantalón y  pueda hacernos la vida muy jodida si nos falta.

Como en todo, hay millones de modos, piezas y configuraciones para construír esta primera línea, cada una depende de lo que decíamos en el preámbulo.  Como muestra presentamos una demostración con material que tenía a mano, que desde luego tiene material que no es el ideal y posiblemente no me la llevaría así a ningún sitio.




Se trata de una combinación francamente pesada -podría servir perfectamente para luchar con ella y no solo para andar escapado- pero que en su maximalismo nos ayuda a explicar el concepto.

Desglosando elementos:

0: Padded belt. Un cinturón con cintas PALS. Existen múltiples posibilidades, desde usar un cinturón de cuero normal hasta otros molle que integran protección de soft armour. Lo importante es que sea fácil y rápido de quitar, pensando tanto en emergencias como para echar mano a lo con él puesto tendríamos en la espalda. 

1: Medic pouch. Su contenido debería ser obvio y preparado para utilizarlo tú s sobre otros, no a la inversa. Si está señalizado con una cruz roja indica que alberga material médico, sería muy inadecuado abrirlo en una emergencia y encontrarlo relleno de gominolas.

2: Utility pouch. Un pequeño multiusos que tanto podemos utilizar vacío -siempre podremos encontrar cosas que nos querramos llevar- o para carretar otros. 

3: Pistolera de pierna. Plataforma para Serpa, posiblemente una de las peores opciones para llevar la sidearm en la pierna. Trataremos más adelante otras opciones para tenerla accesible, como la cadera o el pecho. Para la ocasión de "llevarlo todo" la mostramos sobre la pierna. 

4: Pouches para cargadores de pistola. Buena opción para herramientas, también.

5: Pouch doble para mag de 5.56. Versión cubierta al igual que los anteriores para prevenir de caídas y suciedad en el contenido.

En este punto es necesario remarcar un fundamento de la configuración de cualquier portaequipos: el balance de pesos y volúmenes en torno al cuerpo es esencial para mantener el equilibrio y un mínimo confort por una parte. Por la otra, dividir la inmediatez y el acceso a los elementos. Observamos en la muestra como la pistola se sitúa en el lado derecho del cuerpo para ser extraída y manejada tal como haría un diestro, con la mano derecha. Los cargadores almacenados se desplazan hacia la extrema izquierda para permitir un movimiento más natural, preciso y breve de la mano que realiza esa operación, al izquierda. Si tuviésemos que hacer peregrinar la mano izquierda hacia el lado derecho del cuerpo el proceso se haría mucho menos agradable. Al lado de los mags de pistola se acompañan cargadores para nuestra arma principal.
Aparte de la munición de nuestras armas -ojo, que nadie dice que haya que llevar dos, insisto es que se trata de una muestra- en la izquierda, en el lado opuesto guardamos material para agarrar cuando no necesitemos la mano derecha empuñando un pistolete.

Analizamos el contenido de esta configuración:




1: En el centro de nuestra espalda, protegido dentro de una funda de alta visibilidad que además previene el deterioro del material médico, un pequeño botiquín. Haremos un poco el contorsionista para acceder a él con el cinturón puesto: no es necesario que esté así. Para algo está cerrado por clip y hemos enfatizado en su fácil extracción. En caso de tener que utilizar este botiquín, quitamos todo el war belt y extendemos su contenido sobre el piso.

2: Hará más falta que unos lugares que otros, pero el agua nunca sobra. En esta ocasión invertimos el precioso espacio -y peso- del utility en dos botellas de plástico de medio litro. Personalmente prefiero esta opción a las cantimplora por ser más ligera y adaptable: puedes meter una en un bolsillo del pantalón o vaciar o tirar más alegremente las que hayas consumido.

3a: Nuestra pistola es buena alternativa para el caso inicial donde caemos al río y quedamos sin nuestra arma principal. Ya sabemos que tener cerca cualquier cosa que haga pum no es mala idea.

3b: Tuneando la pistolera hemos incluído en el conjunto un pequeño cuchillo, más de bushcraft que de combate. Como herramienta o como arma es algo que no está de más en ninguna situación.

4: Volvemos junto a los dos mags de pistola (aquí de airsoft) que junto al que lleva montado suma la apreciable cifra de tres.

5: Dos cargadores de 5.56. Estos ya pueden ser mortales tirándolos a la cabeza de alguien si nos quedamos sin fusil, pero si todo va bien son una excelente opción para una recarga de emergencia. 

Si las cosas funcionan, el peso del litro de agua en el lado derecho debería estar equilibrado con los cargadores del izquierdo.

5a: un par de luces químicas, buenas si nos coge la noche, y dentro de sus fundas de plástico buenas si se encienden accidentalmente.